El prado cubierto de flores,
el arroyo claro, la puesta del sol,
el trinar de las aves y el bosque,
tu sonrisa, tus ojos tu voz.
La guitarra, el fuego encendido,
mil poemas, melodías de amor,
la noche cambiando el paisaje,
dos copas de vino, una dulce canción.
El cielo infinito y la luna,
la ropa, a un costado quedó,
una suave brisa nos acaricia,
¡bendita y hermosa creación!.
Tu boca, tus besos, tus manos,
tu pecho y su palpitar...,
ternura, caricias, suspiros,
y tantas ansias de amar.
Guillermo Magliarelli
el arroyo claro, la puesta del sol,
el trinar de las aves y el bosque,
tu sonrisa, tus ojos tu voz.
La guitarra, el fuego encendido,
mil poemas, melodías de amor,
la noche cambiando el paisaje,
dos copas de vino, una dulce canción.
El cielo infinito y la luna,
la ropa, a un costado quedó,
una suave brisa nos acaricia,
¡bendita y hermosa creación!.
Tu boca, tus besos, tus manos,
tu pecho y su palpitar...,
ternura, caricias, suspiros,
y tantas ansias de amar.
Guillermo Magliarelli
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